Trastornos de personalidad: Todo lo que debes conocer

La presencia de un patrón perdurable de cognición, emoción y comportamiento que se desvía notablemente de las expectativas de la cultura del individuo y que genera malestar significativo o deterioro funcional es una de las principales características de los trastornos de personalidad o TP. Afecciones que comienzan a manifestarse, usualmente, en la adolescencia o en la fase temprana de la adultez y que presentan diversos tipos y expresiones. Las personas con TP pueden tener dificultades para adaptarse a los cambios, debido a su inflexibilidad y dominancia en numerosas situaciones personales y sociales.

Conoce qué es la personalidad de una persona, los trastornos que puede presentar y los tratamientos actuales. Además, si te apasiona el tema, descubre el pregrado en psicología o las maestrías relacionadas que puedes estudiar para mejorar la calidad de vida de tus pacientes y para desarrollarte profesionalmente.

¿Qué es la personalidad de una persona?

Para entender con mayor claridad que son los TP, lo primero es definir el concepto de personalidad. Según los expertos, la personalidad es “el conjunto de cualidades psicológicas que contribuyen a los patrones estables, consistentes y distintivos de sentir, pensar y comportarse de un sujeto”. 
Igual que el cuerpo, la personalidad se integra por estructuras y procesos siendo los rasgos las unidades básicas en el primer caso y los esquemas cognitivos, emociones y motivaciones en el segundo. Todos ellos vienen determinados por influencias genéticas y ambientales (aprendizaje). Además, la personalidad incluye los recuerdos, los afectos del pasado y las construcciones del presente y del futuro.
 

Rasgos de personalidad

Cuando tratas de describir a una persona, sueles emplear características que la diferencian de los demás. Estas cualidades o dimensiones básicas son los rasgos, considerados los aspectos más estables de la personalidad. Reflejan nuestras tendencias de comportamiento en un conjunto de situaciones, de razonamientos y hasta de decisiones. Sin embargo, no son dicotómicos en el sentido de todo o nada, sino que permiten la descripción dimensional de cada uno de nosotros. Esto significa, que las personas tenemos los mismos rasgos con distintas mesuras, por ejemplo, grado alto, medio, bajo, muy bajo, etc. 
Según los psicólogos de rasgos, existe un número limitado de estas dimensiones que van a estar presentes en toda la población, y en cada persona se podrá establecer un perfil determinado, en función de dónde se sitúe la persona en ellas. Atendiendo a una de las propuestas teóricas con mayor apoyo y difusión de los últimos tiempos, el modelo de los “Cinco Grandes”, podemos identificar cinco rasgos básicos como suficientes para describir nuestra personalidad:.

Neuroticismo

Las personas con alto neuroticismo o inestabilidad emocional reflejarían una personalidad sensible, emocional e inclinada a experimentar sentimientos que son desagradables. Mientras que los que se sitúan en el polo opuesto de la dimensión serían personas seguras, duras y con bajas sensaciones de estrés.

Extraversión

Los extravertidos además de sociales son personas asertivas, activas, optimistas, enérgicas y que manifiestan preferencia por actividades excitantes. Los introvertidos son reflexivos, disfrutan del tiempo que pasan a solas y prefieren relacionarse con grupos pequeños de personas.

Amabilidad

Personas con un grado alto de amabilidad serían cooperativas, empáticas, colaboradoras y altruistas. Por el contrario, el egocentrismo, la competencia, y la desconfianza serían características de personas con escasa amabilidad.

Responsabilidad

Las personas responsables se caracterizan por ser escrupulosas, perseverantes, voluntariosas, con alto deseo de logro. Por el contrario, las personas con baja responsabilidad pueden ser descuidadas y poco confiables.

Apertura a la experiencia

Las personas que presentan un alto grado de apertura a la experiencia manifiestan un amplio interés general, están abiertas a nuevas aventuras, sensaciones, experiencias, y admiten fácilmente nuevas ideas y valores. Por otro lado, las personas con baja apertura a la experiencia prefieren la estabilidad y la familiaridad.
Así, los rasgos de personalidad son patrones inherentes, consistentes a lo largo de las situaciones y estables a través del tiempo con los que las personas perciben el mundo, razonan y se relacionan con ellas mismas y con su entorno. Se expresan en un amplio rango de situaciones personales y sociales. De manera general, no son malos o buenos en sí mismos, , el problema llega cuando estos patrones de personalidad son inflexibles y desadaptativos. Esto puede provocar un malestar significativo a quien los sufre y/o interferir en su desempeño y sus relaciones personales.

Cómo se forma la personalidad

La personalidad es consecuencia de la interacción entre el temperamento (biológico), el carácter (psicosociocultural) y las decisiones conscientes que toma la persona. Si se manifiestan comportamientos y costumbres socialmente aceptados en el grupo al que pertenece el individuo, se habla de una personalidad normal. Mientras que se determina una personalidad patológica si se expresan conductas desviadas del entorno cultural.

No obstante, no es posible diferenciar plenamente una personalidad normal y patológica, pues como se vio en los rasgos de personalidad, existen diferentes grados. Además, cualquier propuesta está muy influenciada por la cultura. Lo que sí puede establecerse, es un continuum entre lo normal y lo patológico que va manifestándose poco a poco.

¿Qué son los trastornos de personalidad?

Los TP son un grupo de afecciones mentales con las que se desarrolla un patrón perdurable de pensamiento, conducta y desempeño poco saludable,  siendo estos comportamientos y emociones muy distintos a lo que se espera de ellos en su cultura. Un TP se genera cuando los rasgos de personalidad se hacen tan rígidos, inflexibles, estables y dominantes que . la persona tiene problemas con los demás y para desempeñarse y percibir cada situación, causando limitaciones graves en el trabajo, escuela y familia.

Tipos de alteraciones de la personalidad

Para facilitar su estudio y diagnóstico, los desórdenes de personalidad se suelen agrupar en tres categorías:

• Grupo de personalidad A. Donde se ubican a las personas que muestran comportamientos típicamente extraños o excéntricos. Engloba los trastornos siguientes:
  • Paranoide. Se manifiesta un patrón de desconfianza y recelo.
  • Esquizoide. Implica un patrón dominante de falta de interés por los demás.
  • Esquizotípico. Se identifica un patrón de déficits sociales e interpersonales, con ideas y comportamiento raros o excéntricos.
• Grupo de personalidad B. Dentro de esta categoría se incluyen a los individuos caracterizados por ser exageradamente emocionales, dramáticos o inestables. Los trastornos asociados son de personalidad:
  • Antisocial. Se caracteriza por un patrón de desconsideración, desprecio y vulneración de los derechos de los demás.
  • Límite. Persona con miedo a ser abandonado, con vacío interior, relaciones inestables y problemas para controlar las emociones, entre otros aspectos.
  • Histriónico. Se comporta de forma dramática, buscando atención.
  • Narcisista. Requiere ser admirado, tiene falta de empatía y posee una visión exagerada de la propia valía.
• Grupo de personalidad C. Son aquellos individuos que suelen parecer  ansiosos o temerosos. Se encuentran incluidos los siguientes trastornos:
  • Evasivo. Persona que muestra una hipersensibilidad a la evaluación negativa y sentimientos de inferioridad .
  • Dependiente. Necesita profunda y excesiva de recibir cuidados, que conduce a comportamiento sumiso, pasivo, falto de asertividad, de apego exagerado y miedo a la separación.
  • Obsesivo-compulsivo. Individuo que manifiesta continuamente conductas perfeccionistas y rígidas, con alto grado de obstinación.

Cada una de estas alteraciones se acompaña de más rasgos propios y otras manifestaciones visibles. Como ejemplo, se detalla el Trastorno límite de la personalidad .

Trastorno límite de la personalidad

Este trastorno pertenece al grupo de personalidad B y es una afección psicológica donde la persona presenta un patrón dominante de inestabilidad de las relaciones interpersonales, de la autoimagen y de los afectos, así como una fuerte impulsividad. Como resultado, se ejecutan actos impulsivos y se establecen relaciones caóticas con otras personas. 

Las principales características del trastorno límite de la personalidad son:

• Conducta impulsiva y arriesgada, como involucrarse en apuestas, tener relaciones sexuales sin protección o atracarse de comida.
• Autoimagen inestable o frágil, con cambios anímicos como reacción al estrés interpersonal.
• Sensación crónica de vacío.
• Relaciones tóxicas. Temor intenso a estar solo o a ser abandonado.
• Conductas suicidas o de autolesión.
•  Enfado inapropiado e intenso, o dificultad para controlar la ira.

Diagnóstico para los desórdenes de personalidad

Para realizar un diagnóstico confiable se requiere de una entrevista clínica y evaluación psicopatológica, enfocadas en los patrones de funcionamiento de la persona. El psicólogo debe asegurarse de que las características de la personalidad no son consecuencia de otro trastorno mental ni son ocasionadas por una sustancia (una droga o un medicamento), un estado mental transitorio (crisis de ansiedad o un episodio maníaco) ni por alguna afección médica (un traumatismo craneoencefálico).

Tratamiento de estas disfunciones

Estos trastornos se tratan con psicoterapia, que abarca la psicoterapia individual y la terapia de grupo. Se tienen mejores resultados cuando las personas afectadas buscan el tratamiento y están motivadas para cambiar.

En algunos casos, los psicofármacos pueden ayudar a aliviar algunos síntomas, como:

• Angustia.
• Depresión.
• Ansiedad
• Agresividad.

Los trastornos de personalidad pueden alterar significativamente la calidad de vida, tanto de la persona afectada como de las personas de su alrededor. Y si te interesa mejorar su condición, puedes desarrollarte en el apasionante campo de la psicología, cursando el pregrado en psicología en la VIU. Además, la maestría oficial en psicopedagogía y la maestría en terapias psicológicas de tercera generación te ofrecen un plan de estudios especializado para tu crecimiento personal y profesional.