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Ciencias de la Salud

Terapia conductista: la observación del comportamiento humano

Equipo de Expertos en Ciencias de la Salud
Terapia conductista: la observación del comportamiento humano

Todas las terapias psicológicas buscan mejorar los estados de los pacientes en el menor tiempo posible y entre las terapias que lo logran podemos destacar la terapia conductista. Se utiliza para tratar trastornos como las adicciones o las fobias.

 

Un poco de historia

En el siglo XX el fisiólogo ruso Iván P. Pávlov hizo un experimento con un perro. Cada vez que sonaba una campana le daba de comer y, con el paso del tiempo, el perro identificó la comida con la campana, de tal forma que salivaba cuando la escuchaba. Esto se denominó condicionamiento clásico.

Con el paso del tiempo, se realizaron experimentos con personas y en el año 1920 el psicólogo conductista estadounidense John B. Watson realizó un estudio en el que un bebé de 11 meses que había jugado con una rata blanca, aprendía a temerla porque asociaba su presencia a un sonido fuerte y desagradable.

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Años más tarde, se comenzó a utilizar con B. F. Skinner el concepto de condicionamiento operante, porque se observó que el ser vivo tiende a evitar experiencias desagradables y repetir las agradables.

 

Las bases de la terapia conductista

La terapia conductista observa el comportamiento humano para ver las respuestas que produce cada estímulo, ya que se considera que todo estímulo que surge de la interacción de una persona con su entorno, se da lugar a una respuesta.

La terapia conductista se utiliza para tratar trastornos como adicciones, fobias, ansiedad y trastorno obsesivo-compulsivo, entre otros.

 

Las técnicas de la terapia conductista

Entre las técnicas que utiliza la terapia conductista podemos destacar las siguientes:

  • Desensibilización sistemática. Se utiliza con las fobias como la fobia a volar o a algunos insectos. Consiste en ayudar y entrenar a la persona que padece la fobia para que se relaje ante el estímulo que le resulta desagradable, de forma que, paulatinamente, la fobia se sustituye por relajación.
  • Terapia de aversión. Se trata de asociar un estímulo desagradable (una pequeña corriente eléctrica, por ejemplo) a un hábito perjudicial. Ha sido una técnica que ha suscitado cierta polémica.
  • Relajación. Al igual que la desensibilización el objetivo es la relajación en situaciones que producen estrés, nerviosismo o miedo.
  • Activación conductual. Se trata de una técnica utilizada para tratar la depresión porque ayuda a salir al paciente de la situación de inactividad-tristeza que suele aparecer en los casos de depresión. Para romper el círculo, activa, mediante la realización de actividades positivas, emociones positivas que refuerzan al paciente y le aportan la sensación de retomar el control de su vida.

 

¿Cómo se desarrolla una sesión con un terapeuta en base al conductismo?

Lo primero que hará el terapeuta es evaluar el estado del paciente mediante preguntas para averiguar cuáles son sus patrones de conducta, la imagen que tiene de sí mismo, las relaciones con otras personas, los medicamentos que toma, etc.

Una vez realizado lo anterior, se fijarán una serie de objetivos a lograr en función de las necesidades de cada paciente. En el caso, por ejemplo, de problemas de pareja, el terapeuta ayudará a analizar la situación en la que aparece el conflicto y qué actitud adopta el paciente. Le enseñará a enfocar la situación desde otro punto de vista más positivo.

La terapia conductista se puede realizar en grupo o de forma individual y, en cualquier caso, deberá adaptarse a cada trastorno y a cada persona.

 

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